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18 de septiembre de 2014
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No se conforme con el dióxido de carbono: cómo estar seguro

El dióxido de carbono es un componente del aire normal, en torno al 0,037%. Sin embargo, puede ser producido por la quema de combustibles fósiles y otras reacciones químicas, y es un componente común en la fabricación de muchos productos de consumo, especialmente la cerveza y otras bebidas gaseosas. Al trabajar en estos entornos se corre el riesgo de exponerse a niveles elevados por encima de la norma. En niveles elevados, el CO2 supone un riesgo de asfixia, y también puede representar una importante amenaza tóxica.

Un error común es pensar que el CO2 puede detectarse por el olor o el sabor; esto no es así. Otro error es pensar que la vigilancia de los niveles de oxígeno (O2) proporciona una protección eficaz contra el CO2. Confiar en el control de los niveles de O2 para protegerse del dióxido de carbono ha provocado muertes. No es posible controlar los niveles de CO2 si no es mediante el uso del equipo de detección adecuado.

La exposición a tan sólo un 0,5% en volumen de CO2 representa un peligro tóxico para la salud, mientras que las concentraciones superiores al 10% en volumen pueden provocar la muerte, independientemente de los niveles de oxígeno presentes. Dado que el CO2 es completamente inodoro e incoloro, es posible que no haya ningún indicio de peligro hasta que sea demasiado tarde.

Lossistemas fijos pueden utilizarse para supervisar una zona de riesgo de acumulación de CO2. Estos sistemas suelen constar de uno o varios "cabezales" detectores conectados a un panel de control independiente. Si un detector detecta un nivel peligroso de CO2, los ventiladores extractores pueden activarse automáticamente y también pueden activarse sirenas o balizas visuales para advertir a los trabajadores que deben desalojar la zona. Sin embargo, esto no es suficiente para garantizar la protección de los individuos contra la exposición tóxica. Para ello, la exposición continua de los trabajadores debe controlarse individualmente.

Esta exposición continua se define generalmente de dos maneras:

  • Límite de exposición a corto plazo (STEL) -
    concentración máxima permitida durante un periodo de tiempo más corto, normalmente 15 minutos
  • Límite de exposición a largo plazo (LTEL) -
    calculado como una media ponderada en el tiempo (TWA) de 8 horas

Ya hablé de la TWA en mi anterior blog, pero en resumen, el concepto se basa en una simple media de la exposición del trabajador durante una jornada de 8 horas. Permite períodos de exposición por encima del límite TWA, pero sólo mientras no se supere el STEL y haya una subexposición equivalente para compensar. En el Reino Unido, el TWA para el CO2 está fijado en el 0,5%, y el STEL en el 1,5%, y estos niveles se aplican por ley. Aunque los niveles reglamentarios pueden variar un poco, en otras jurisdicciones se aplican límites similares.

Para garantizar que la exposición de los trabajadores se mantenga por debajo de los límites legales de exposición, es necesario controlar los niveles de CO2 a los que está expuesto cada trabajador, de forma individual, utilizando un monitor personal adecuado.

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