Hemos tratado algunos temas serios en las últimas semanas, así que pensé que esta vez hablaría de algo un poco más desenfadado, al menos en apariencia.

En enero de este año se informó de una explosión: un rebaño de vacas estuvo a punto de arrancar el techo de su establo por la cantidad de metano que liberaban, cuando una carga eléctrica estática lo hizo explotar. La explosión dañó el techo del establo y una vaca (de unas 90) sufrió quemaduras leves.

Este tema incendiario tiene un lado serio, por supuesto. Los 1.500 millones de vacas del mundo y otros miles de millones de animales de pastoreo emiten decenas de gases contaminantes, entre ellos mucho metano, como resultado de sus procesos digestivos. El metano es un gas de efecto invernadero, 23 veces más potente que el dióxido de carbono, y con el potencial de contribuir masivamente al efecto invernadero, atrapando la radiación del sol y provocando el calentamiento global.

Se calcula que la agricultura es responsable del 14% de los gases de efecto invernadero del mundo. Las vacas domésticas emiten una inmensa cantidad de metano a través de los eructos, y anualmente expulsan una enorme cantidad, alrededor del 60% de las emisiones mundiales de metano, o el equivalente a las emisiones de dióxido de carbono de un coche que quema 21.400 litros de gasolina.

A medida que se desarrollan las economías mundiales y aumenta la ingesta de carne en la dieta de muchos países, el número de animales que se crían para la alimentación, y por tanto la cantidad de gas que producen, es una preocupación creciente que hay que abordar. Se ha convertido en objeto de estudio de los investigadores académicos. Pero, ¿cuál es la mejor manera de estudiar los eructos de las vacas?

Un método que está resultando muy popular entre los investigadores de Inglaterra, Escocia y Sudáfrica es el uso de la teledetección mediante una tecnología basada en la espectroscopia de absorción láser de infrarrojos. El metano absorbe la luz infrarroja. Se dirige un rayo láser al lugar donde se sospecha que hay una "fuga de gas", y el detector mide la densidad media del gas metano entre el detector y el objetivo.

Esta tecnología está probada y se utiliza ampliamente en la industria de la ingeniería medioambiental para detectar fugas de gas metano en tuberías y vertederos.Los investigadores pueden colocar un monitor de este tipo a pocos metros de la boca de una vaca para registrar el eructo y el nivel de metano exhalado.

Un artículo publicado en el sitio web de la BBC, allá por 2010, se centraba en el uso por parte de los ganaderos de esta técnica para controlar las emisiones de las vacas. Más recientemente, también hubo un documental de la BBC titulado "¿Debería comer carne?", que se centró en mostrar los niveles de metano liberados por el ganado.

Será con estudios de detección de gases como éstos que el mundo podrá esperar resolver los imperativos contradictorios de proveer de carne al mundo sin provocar su sobrecalentamiento.