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13 de agosto de 2014
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Sulfuro de hidrógeno: tóxico y mortal - Chris explica más sobre este peligroso gas

Muchos de ustedes se habrán encontrado con el sulfuro de hidrógeno (H2S). Si alguna vez han roto un huevo podrido, el olor característico es el H2S.

El H2S es un gas peligroso que se encuentra en muchos entornos de trabajo, e incluso en bajas concentraciones es tóxico. Puede ser un producto de un proceso artificial o un subproducto de la descomposición natural. Desde la producción de petróleo en alta mar hasta las obras de alcantarillado, pasando por las plantas petroquímicas, las granjas y los barcos de pesca, el H2S representa un peligro real para los trabajadores.

Subproducto de origen humano
El sulfuro de hidrógeno es un subproducto de procesos como el refinado de petróleo, la minería, las fábricas de papel y la fundición de hierro. Suele estar asociado al refinado del petróleo crudo y al procesamiento del gas natural "agriado". Con el aumento de la demanda de petróleo y gas, se están poniendo en marcha pozos que antes no se explotaban porque eran demasiado agrios. Esto, combinado con la tendencia a una regulación cada vez más estricta de los niveles de azufre en el producto final, ha hecho que se invierta mucho dinero en mejorar los métodos de neutralización de este peligroso gas de las fuentes de energía de hidrocarburos.

Subproducto accidental
El sulfuro de hidrógeno es también un subproducto común de la biodegradación de la materia orgánica, como resultado de la acción de las bacterias reductoras de azufre. En entornos con poco o ningún oxígeno, estas bacterias utilizan el azufre en lugar del oxígeno para crear energía. Así, "oxidan" la materia orgánica, produciendo H2S. Las bolsas pueden acumularse en espacios cerrados o acumularse en la propia materia, y liberarse cuando se la perturba.

Los trabajadores de las plantas y tuberías de alcantarillado y aguas residuales pueden verse superados por el H2S, con consecuencias fatales. Los agricultores a menudo no son conscientes de los riesgos cuando entran a inspeccionar un depósito de purines vacío. Puede que los purines se hayan retirado, pero el gas podría seguir presente.

Los marineros también están en peligro. El pescado almacenado y refrigerado incorrectamente puede poner en peligro la vida de los pescadores a bordo. También existe el peligro del H2S en los tanques de lastre y de aguas residuales de los barcos; un incidente ocurrió cuando los miembros de la tripulación de un transatlántico de lujo sucumbieron al H2S mientras realizaban reparaciones en una tubería de la sala de hélices del barco.

La peligrosidad del H2S
El sulfuro de hidrógeno es inflamable en altas concentraciones. Sin embargo, el principal peligro es que, al igual que el monóxido de carbono, es tóxico. Inhibe la respiración celular y la captación de oxígeno. La exposición prolongada a 2-5 partes por millón (ppm) de H2S puede provocar náuseas y dolores de cabeza, y hacer que los ojos lloren. A 20 ppm, los síntomas incluyen fatiga, dolores de cabeza, irritabilidad, mareos y deterioro de la memoria. La gravedad de los síntomas aumenta con la concentración mediante tos, conjuntivitis, parálisis olfativa (pérdida del sentido del olfato), colapso y rápida pérdida de conocimiento. La exposición a niveles más altos puede provocar la muerte casi instantánea.

Como gas tóxico, el H2S puede tener efectos instantáneos, y la exposición prolongada puede causar enfermedades crónicas o incluso la muerte. Por ello, muchos monitores tienen alertas instantáneas y TWA (Time-Weighted Average).

Más pesado que el aire, el H2S se hunde en el suelo y puede acumularse en pozos, zanjas o conductos a nivel del suelo. El olor penetrante del H2S, que recuerda al de los huevos podridos, es muy perceptible al principio. Sin embargo, el gas amortigua rápidamente el sentido del olfato, dando la falsa impresión de que el gas se ha dispersado. Sin ser consciente del peligro persistente, alguien puede seguir trabajando, sin tomar las precauciones adecuadas contra el riesgo tóxico.

Tipos de detectores de gas
Para controlar el H2S pueden utilizarse tanto detectores de gas portátiles como fijos. Los sistemas fijos suelen constar de uno o varios cabezales de detección conectados a un panel de control independiente. Si un detector lee un nivel de gas peligroso, el panel da la alarma activando sirenas y balizas externas.

A menudo es más adecuada una unidad portátil compacta para controlar la exposición a lo largo del tiempo. Los detectores portátiles, que combinan un sensor (o más, si puede haber otros peligros de gas) con potentes señales acústicas y visuales para avisar cuando se alcanzan los niveles de gas preestablecidos, pueden llevarse o utilizarse allí donde se necesiten. Además, un instrumento compacto es fácil de transportar en un espacio reducido, lo que garantiza que no se pasen por alto los focos de altas concentraciones de gas.

 

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