Por Louise Early, Directora de Estrategia Industrial
La Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo, que protege a millones de trabajadores británicos y reduce los incidentes de muerte, lesiones graves y mala salud en el trabajo, es el principal instrumento legislativo en materia de salud y seguridad en el trabajo en Gran Bretaña.
El Ejecutivo de Salud y Seguridad, junto con las autoridades locales, es responsable de hacer cumplir la Ley y una serie de otras Leyes e Instrumentos Estatutarios relevantes para el entorno de trabajo.
El informe Robens de 1972 llegó a la conclusión de que había demasiadas normativas y que lo que se necesitaba era un régimen regulador que estableciera objetivos amplios y no prescriptivos para los titulares de obligaciones. La ley que se creó a partir del informe eliminó las regulaciones detalladas y prescriptivas de la industria, y creó un sistema flexible en el que las regulaciones describen objetivos y principios, apoyados por códigos de prácticas y orientaciones. El nuevo sistema se diseñó para ofrecer un enfoque proporcionado, específico y basado en el riesgo.
La Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo hace posible que la mayoría de las personas trabajen en un entorno seguro día tras día, y el HSE publica la Nota Orientativa EH40, en la que se detallan los límites de exposición de los gases tóxicos en el lugar de trabajo, para ayudar a los empresarios a controlar adecuadamente sus procesos.
En los 40 años transcurridos desde la aprobación de la Ley, el número de víctimas mortales se ha reducido en un 85%, mientras que el número de lesiones en el trabajo también ha disminuido en un 77%. Hoy en día es difícil imaginar un entorno de trabajo que no esté protegido por normas y directrices estrictas.