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17 de febrero de 2016
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El lado arriesgado de la configuración de las alarmas por defecto

Lógicamente, la gente asume que cuanto más bajo sea el nivel de alarma de detección de gas, más seguro será el entorno de trabajo, ya que el cuerpo estará expuesto a menos gas venenoso. Sin embargo, ¡no siempre es la mejor opción! Si se ajustan a un nivel demasiado bajo, pueden producirse alarmas falsas e interrupciones innecesarias. Y lo que es peor, estos gritos de lobo han provocado muchos incidentes en los que los detectores han sido ignorados o desconectados; con resultados terribles1.

No se puede establecer por defecto los niveles de alarma

Normalmente, los detectores personales de gas tienen dos ajustes de nivel de alarma instantánea, uno bajo (alarma 1) y otro más alto (alarma 2). En muchos sitios, los niveles de alarma se ajustan por defecto a los niveles establecidos por el fabricante, normalmente a los límites legales de exposición a corto y largo plazo. Pero estos límites no están diseñados para actuar como alarmas instantáneas. Son promedios ponderados en el tiempo que se miden para proteger a los trabajadores durante un periodo de tiempo determinado de la sobreexposición a gases tóxicos (para más información, consulte nuestro blog anterior). Una consecuencia no deseada del uso de estos ajustes de fábrica puede ser que las alarmas se activen con más frecuencia de la necesaria, lo que hace que las alarmas se desactiven o se ignoren. Esto ha provocado accidentes en el pasado.

Alarmantemente inseguro

Los promedios ponderados en el tiempo son apropiados cuando es previsible la presencia de gases tóxicos. Pero las alarmas instantáneas fijadas por defecto en los límites de corto y largo plazo se dispararán con más frecuencia de lo que exige la seguridad. En áreas con altas concentraciones de gas objetivo puede ser más seguro tener puntos de ajuste de alarma más altos para que no alarmen constantemente. ¿Por qué más seguro? Porque las falsas alarmas dan lugar a dos problemas distintos: son ineficaces y hacen que se ignoren las alarmas. Se ha afirmado que "un número excesivo de falsas alarmas puede llevar, y ha llevado, a los operadores a desactivar las alarmas, a veces con resultados catastróficos1".

No es para todos

No se recomienda confiar completamente en los niveles de alarma de la TWA de ninguna manera. El trabajo en espacios confinados es un buen ejemplo. Por su naturaleza, los espacios confinados son difíciles de salir, y por tanto de escapar del peligro, rápidamente. Por lo tanto, sería aconsejable establecer niveles de alarma más bajos; o, si las alarmas frecuentes son un problema en un espacio confinado, lo que se necesita es un aparato de respiración. Las falsas alarmas también pueden ser causadas por otros factores relacionados con la instrumentación, y esto debe tenerse en cuenta en cualquier evaluación de riesgos.

Conclusión:

El informe de investigación sobre salud y seguridad del Reino Unido 'Revisión de los ajustes de alarma de los detectores de gases tóxicos y oxígeno', profundiza en las cuestiones que rodean este tema con mucho más detalle, y subraya la importancia de que los niveles de alarma se adapten a las circunstancias. También habla de la importancia del equilibrio adecuado "entre la protección eficaz frente a los gases tóxicos y el mantenimiento de la productividad".

Está claro que confiar en los niveles de alarma preestablecidos por los fabricantes puede no ser ni seguro ni eficiente desde el punto de vista operativo. Se aconseja una revisión de las condiciones operativas específicas para evaluar la configuración de la alarma adecuada. Además de eliminar las frustraciones asociadas a las frecuentes alarmas falsas, es probable que se consiga una evaluación y mitigación de riesgos más sólida.

Referencias

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