En los sectores cruciales de la seguridad, la defensa y la administración pública, la necesidad de equipos adecuados de detección de gases es muy amplia. Desde las fuerzas armadas de un país hasta su plétora de departamentos gubernamentales, las variadas aplicaciones dentro de cada área dan lugar a que los trabajadores de la misma se encuentren con muchas sustancias peligrosas diferentes, concretamente gases tóxicos e inflamables.
Los equipos que trabajan en el sector de la defensa, como la Marina Real Británica, el Ejército Británico, la Real Fuerza Aérea y el Mando Estratégico, operan en entornos peligrosos, a menudo con riesgo para la vida. Ya sea en una situación de combate o en un entorno de formación, la probabilidad de encontrarse con gases y materiales peligrosos aumenta en estos campos. Por ejemplo, los equipos que operan en espacios confinados, como las tripulaciones de submarinos, corren peligro por la acumulación de gases tóxicos, la reducción del flujo de aire y la restricción del tiempo de supervisión y mantenimiento. Ya sea en el mar, en el aire o en tierra, la utilización de equipos de detección de gases ejemplares es una prioridad para que los equipos puedan centrarse en la misión que tienen entre manos y permanecer atentos a cualquier peligro químico, biológico o radiológico.
Quienes trabajan en nuestros sectores públicos de primera línea arriesgan sus vidas cada día para servir y proteger a las comunidades de las que proceden y en las que trabajan. Las dotaciones de bomberos, los cuerpos de policía y los equipos de primeros auxilios médicos, cuando trabajan en zonas volátiles y conflictivas, necesitan estar adecuadamente protegidos y equipados para llevar a cabo su labor de salvar vidas. Las distintas aplicaciones requerirán una serie de equipos, desde detectores fijos hasta dispositivos portátiles y plataformas de pruebas de calidad del aire. Sea lo que sea, una detección robusta favorece la prestación de servicios fiables en sectores hostiles a escala internacional.
Descripción
En espacios ocultos, como los submarinos, las tripulaciones corren más riesgo de sufrir acumulaciones de gases peligrosos. Con tripulaciones que viven y trabajan durante más de tres meses en estas circunstancias, las falsas lecturas de nivel de gas y las alarmas pueden ser catastróficas. Las atmósferas deben gestionarse y supervisarse con la máxima precaución para garantizar que los buques puedan soportar la vida, así como para controlar cualquier sustancia que pueda afectar a la vida.
Para quienes se ocupan del fuego en sus funciones, ya sea como investigador de incendios, bombero o policía, existe el riesgo de consumo de monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles. La utilización de equipos de detección de gases adecuados en estos entornos puede proporcionar una forma de analizar las pruebas y evaluar qué compuestos o gases están presentes en la atmósfera como resultado del incendio, la combustión o la explosión. Si se ingieren, los COV y el monóxido de carbono pueden dañar la salud humana. Los efectos secundarios incluyen irritación de ojos, nariz y garganta, dificultad para respirar, dolores de cabeza, fatiga, dolor de pecho, náuseas, mareos y problemas de piel. En concentraciones más elevadas, los gases pueden causar daños en los pulmones, los riñones, el hígado y el sistema nervioso central.
Cuando se trata de posibles incidentes biológicos, químicos, radiológicos y nucleares, concretamente en el caso de la contaminación de víctimas, el control de los gases y elementos nocivos presentes puede salvar vidas. Los procesos de descontaminación pueden poner a los trabajadores en contacto con una serie de gases nocivos, como peróxido de hidrógeno, cloro, óxido de etileno, formaldehído, amoníaco, dióxido de cloro y ozono. Debido a los peligros de cada uno de estos gases, las zonas deben ser vigiladas eficazmente durante todas las fases del proceso de descontaminación, incluso antes de que el personal vuelva a entrar en la zona, durante la descontaminación y cuando el personal se quite el EPI. Para las zonas donde se almacenan los productos químicos de descontaminación, los detectores de gas fijos pueden mantener a los equipos al tanto de cualquier fuga antes de que los trabajadores entren en la zona de almacenamiento.