La importancia de la detección de gases en el sector médico y sanitario

La necesidad de detectar gases en el sector médico y sanitario puede ser menos conocida fuera de la industria, pero el requisito está ahí, no obstante. Dado que los pacientes de diversos entornos reciben una serie de tratamientos y terapias médicas que implican el uso de productos químicos, la necesidad de controlar con precisión los gases utilizados o emitidos en este proceso es muy importante para permitir un tratamiento seguro y continuado. Para salvaguardar tanto a los pacientes como, por supuesto, a los propios profesionales de la salud, es imprescindible la implementación de equipos de monitorización precisos y fiables.

Aplicaciones

En los entornos sanitarios y hospitalarios, pueden presentarse una serie de gases potencialmente peligrosos debido a los equipos y aparatos médicos utilizados. También se utilizan productos químicos nocivos con fines de desinfección y limpieza en las superficies de trabajo del hospital y en los suministros médicos. Por ejemplo, pueden utilizarse productos químicos potencialmente peligrosos como conservantes de muestras de tejidos, como el tolueno, el xileno o el formaldehído. Las aplicaciones incluyen:

  • Control de los gases respiratorios
  • Salas de refrigeración
  • Generadores
  • Laboratorios
  • Almacenes
  • Quirófanos
  • Rescate prehospitalario
  • Terapia de presión positiva en las vías respiratorias
  • Terapia con cánula nasal de alto flujo
  • Unidades de cuidados intensivos
  • Unidad de cuidados postanestésicos

Peligros del gas

Enriquecimiento de oxígeno en las salas del hospital

A la luz de la pandemia mundial COVID-19, los profesionales sanitarios han reconocido la necesidad de aumentar el oxígeno en las salas de los hospitales debido al creciente número de ventiladores que se utilizan. Los sensores de oxígeno son vitales, concretamente en las salas de la UCI, ya que informan al médico de la cantidad de oxígeno que se suministra al paciente durante la ventilación. Esto puede prevenir el riesgo de hipoxia, hipoxemia o toxicidad del oxígeno. Si los sensores de oxígeno no funcionan como deberían, pueden dar la alarma con regularidad, necesitar ser cambiados y, por desgracia, incluso provocar muertes. Este mayor uso de ventiladores también enriquece el aire con oxígeno y puede aumentar el riesgo de combustión. Es necesario medir los niveles de oxígeno en el aire mediante un sistema fijo de detección de gases para evitar niveles inseguros en el aire.

Dióxido de carbono

El control del nivel de dióxido de carbono también es necesario en los entornos sanitarios para garantizar un entorno de trabajo seguro para los profesionales, así como para salvaguardar a los pacientes que reciben tratamiento. El dióxido de carbono se utiliza en una gran cantidad de procedimientos médicos y sanitarios, desde cirugías mínimamente invasivas, como endoscopia, artroscopia y laparoscopia, hasta crioterapia y anestesia.El CO2 también se utiliza en incubadoras y laboratorios y, al ser un gas tóxico, puede provocar asfixia. Los niveles elevados deCO2 en el aire, emitidos por cierta maquinaria, pueden causar daños a las personas que se encuentran en el entorno, así como propagar patógenos y virus. Por ello, los detectores deCO2 en entornos sanitarios pueden mejorar la ventilación, el flujo de aire y el bienestar de todos.

Compuestos orgánicos volátiles (COV)

En los entornos hospitalarios y sanitarios puede encontrarse una serie de COV que causan daños a las personas que trabajan y reciben tratamiento en ellos. Los COV, como los hidrocarburos alifáticos, aromáticos y halogenados, los aldehídos, los alcoholes, las cetonas, los éteres y los terpenos, por nombrar algunos, se han medido en entornos hospitalarios, procedentes de una serie de áreas específicas, como los vestíbulos de recepción, las habitaciones de los pacientes, los cuidados de enfermería, las unidades de cuidados postanestésicos, los laboratorios de parasitología y micología y las unidades de desinfección. Aunque todavía se está investigando su prevalencia en los entornos sanitarios, está claro que la ingestión de COV tiene efectos adversos para la salud humana, como irritación de los ojos, la nariz y la garganta; dolores de cabeza y pérdida de coordinación; náuseas; y daños en el hígado, los riñones o el sistema nervioso central. Algunos COV, en concreto el benceno, son cancerígenos. Por tanto, la aplicación de la detección de gases es imprescindible para proteger a todos de los daños.

Por lo tanto, los sensores de gas deben utilizarse en la PACU, la UCI, el SME, el rescate prehospitalario, la terapia PAP y la terapia HFNC para controlar los niveles de gas de una serie de equipos, incluidos los ventiladores, los concentradores de oxígeno, los generadores de oxígeno y las máquinas de anestesia.

Normas y certificaciones

La Care Quality Commission (CQC) es la organización inglesa que regula la calidad y la seguridad de la atención prestada en todos los centros de atención sanitaria, médica, social y de voluntariado del país. La comisión proporciona detalles sobre las mejores prácticas para la administración de oxígeno a los pacientes y la medición y registro adecuados de los niveles, el almacenamiento y la formación sobre el uso de este y otros gases médicos.

El regulador británico de los gases medicinales es la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA). Se trata de una agencia ejecutiva del Departamento de Salud y Asistencia Social (DHSC) que garantiza la salud y la seguridad del público y de los pacientes mediante la regulación de los medicamentos, los productos sanitarios y los equipos médicos del sector. Establecen normas adecuadas de seguridad, calidad, rendimiento y eficacia, y garantizan que todos los equipos se utilicen de forma segura. Toda empresa que fabrique gases medicinales necesita una autorización de fabricante expedida por la MHRA.

En EE.UU., la Food and Drug Association (FDA ) regula el proceso de certificación para la fabricación, venta y comercialización de los gases medicinales designados. En virtud de la sección 575, la FDA establece que cualquiera que comercialice un gas medicinal para uso humano o animal sin una solicitud aprobada está infringiendo las directrices especificadas. Los gases medicinales que requieren certificación son el oxígeno, el nitrógeno, el óxido nitroso, el dióxido de carbono, el helio, el monóxido de carbono y el aire medicinal.

Para saber más sobre los peligros del sector médico y sanitario, visite nuestra página de la industria para obtener más información.

Seguridad de los gases de los globos: Los peligros del helio y el nitrógeno 

El gas de los globos es una mezcla de helio y aire. El gas de los globos es seguro cuando se utiliza correctamente, pero nunca se debe inhalar deliberadamente el gas, ya que es asfixiante y puede provocar complicaciones de salud. Al igual que otros asfixiantes, el helio del gas de los globos ocupa parte del volumen que normalmente ocupa el aire, impidiendo que ese aire se utilice para mantener el fuego o el funcionamiento de los cuerpos.

Existen otros asfixiantes utilizados en aplicaciones industriales. Por ejemplo, el uso del nitrógeno se ha hecho casi indispensable en numerosos procesos industriales de fabricación y transporte. Aunque los usos del nitrógeno son numerosos, debe manejarse de acuerdo con las normas de seguridad industrial. El nitrógeno debe tratarse como un peligro potencial para la seguridad, independientemente de la escala del proceso industrial en el que se emplee. El dióxido de carbono se utiliza habitualmente como asfixiante, especialmente en los sistemas de extinción de incendios y en algunos extintores. Del mismo modo, el helio no es inflamable, no es tóxico y no reacciona con otros elementos en condiciones normales. Sin embargo, es esencial saber cómo manejar correctamente el helio, ya que un malentendido podría llevar a errores de juicio que podrían dar lugar a una situación fatal, ya que el helio se utiliza en muchas situaciones cotidianas. Como en el caso de todos los gases, el cuidado y la manipulación adecuados de los contenedores de helio son vitales.

¿Cuáles son los peligros?

Cuando se inhala helio, a sabiendas o no, se desplaza el aire, que es en parte oxígeno. Esto significa que, al inhalar, el oxígeno que normalmente estaría presente en los pulmones ha sido sustituido por el helio. Dado que el oxígeno interviene en muchas funciones del cuerpo, como el pensamiento y el movimiento, un desplazamiento excesivo supone un riesgo para la salud. Normalmente, la inhalación de un pequeño volumen de helio tendrá un efecto de alteración de la voz, pero también puede causar un poco de mareo y siempre existe la posibilidad de que se produzcan otros efectos, como náuseas, mareos y/o una pérdida temporal de la conciencia, todos ellos efectos de la falta de oxígeno.

  • Como la mayoría de los asfixiantes, el gas nitrógeno, al igual que el gas helio, es incoloro e inodoro. En ausencia de dispositivos de detección de nitrógeno, el riesgo de que los trabajadores industriales se expongan a una concentración peligrosa de nitrógeno es significativamente mayor. Además, mientras que el helio suele alejarse de la zona de trabajo debido a su baja densidad, el nitrógeno permanece, extendiéndose desde la fuga y no se dispersa rápidamente. De ahí que los sistemas que funcionan con nitrógeno y que desarrollan fugas no detectadas constituyan una importante preocupación normativa en materia de seguridad. Las directrices preventivas en materia de salud laboral intentan hacer frente a este mayor riesgo mediante comprobaciones adicionales de seguridad de los equipos. El problema son las bajas concentraciones de oxígeno que afectan al personal. Inicialmente, los síntomas incluyen una leve dificultad para respirar y tos, mareos y quizás inquietud, seguidos de una respiración rápida, dolor en el pecho y confusión, con una inhalación prolongada que provoca hipertensión arterial, broncoespasmo y edema pulmonar.
  • El helio puede causar exactamente estos mismos síntomas si está contenido en un volumen y no puede escapar. Y en cada caso, la sustitución completa del aire por el gas asfixiante provoca un rápido derribo en el que la persona simplemente se desploma en el lugar en el que se encuentra, lo que provoca diversas lesiones.

Mejores prácticas de seguridad para el gas de los globos

De acuerdo con OSHA se exige la realización de pruebas obligatorias en los espacios industriales confinados y la responsabilidad recae en todos los empleadores. El muestreo del aire atmosférico dentro de estos espacios ayudará a determinar su idoneidad para la respiración. Las pruebas que deben realizarse en el aire de muestreo incluyen principalmente las concentraciones de oxígeno, pero también la presencia de gases combustibles y las pruebas de vapores tóxicos para identificar las acumulaciones de esos gases.

Independientemente de la duración de la estancia, la OSHA exige a todos los empleadores que proporcionen un asistente justo fuera de un espacio con permiso cuando el personal esté trabajando dentro. Esta persona debe vigilar constantemente las condiciones gaseosas dentro del espacio y llamar a los socorristas si el trabajador que se encuentra dentro del espacio confinado no responde. Es vital tener en cuenta que en ningún momento el asistente debe intentar entrar en el espacio peligroso para realizar un rescate sin ayuda.

En las zonas restringidas, la circulación de aire forzado reducirá significativamente la acumulación de helio, nitrógeno u otro gas asfixiante y limitará las posibilidades de una exposición mortal. Aunque esta estrategia puede utilizarse en zonas con bajo riesgo de fuga de nitrógeno, los trabajadores tienen prohibido entrar en entornos de gas nitrógeno puro sin utilizar un equipo respiratorio adecuado. En estos casos, el personal debe utilizar equipos adecuados de aire suministrado artificialmente.