Hidrógeno verde - Una visión general

¿Qué es el hidrógeno?

El hidrógeno es una de las fuentes de gas más abundantes, ya que aporta aproximadamente el 75% del gas de nuestro sistema solar. El hidrógeno se encuentra en varias cosas, como la luz, el agua, el aire, las plantas y los animales, pero a menudo se combina con otros elementos. La combinación más conocida es con el oxígeno para formar el agua. El hidrógeno es un gas incoloro, inodoro e insípido, más ligero que el aire. Como es mucho más ligero que el aire, asciende en nuestra atmósfera, lo que significa que no se encuentra de forma natural a nivel del suelo, sino que hay que crearlo. Esto se hace separándolo de otros elementos y recogiendo el gas.

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde se produce utilizando electricidad para alimentar un electrolizador que separa el hidrógeno de la molécula de agua produciendo oxígeno como subproducto. El exceso de electricidad puede utilizarse mediante electrólisis para crear gas de hidrógeno que puede almacenarse para el futuro. Esencialmente, si la electricidad utilizada para alimentar los electrolizadores procede de fuentes renovables como la eólica, la solar o la hidráulica, o si procede de la energía nuclear -fisión o fusión-, el hidrógeno producido es verde, en el que las únicas emisiones de carbono son las incorporadas a la infraestructura de generación. Los electrolizadores son la tecnología más importante para sintetizar combustible de hidrógeno con cero emisiones de carbono a partir de energías renovables, lo que se conoce como hidrógeno verde. El hidrógeno verde y sus derivados son una solución esencial para la descarbonización de los sectores de la industria pesada y los expertos sugieren que constituirá hasta el 25% del uso total de energía final en una economía neta cero.

Ventajas del hidrógeno verde

Es 100% sostenible, ya que no emite gases contaminantes ni en la combustión ni en la producción. El hidrógeno puede almacenarse fácilmente, lo que permite utilizarlo posteriormente para otros fines y/o en el momento de su producción. El hidrógeno verde puede convertirse en electricidad o en gas de síntesis y puede utilizarse para diversos fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad. Además, el hidrógeno puede mezclarse con el gas natural en una proporción de hasta el 20% sin necesidad de modificar la infraestructura principal de gas o los aparatos de gas.

Desventajas del hidrógeno verde

Aunque el hidrógeno es 100% sostenible, actualmente tiene un coste más elevado que los combustibles fósiles, ya que la energía renovable es más cara de producir. La producción global de hidrógeno requiere más energía que la de otros combustibles, por lo que, a menos que la electricidad necesaria para producir hidrógeno proceda de una fuente renovable, todo el proceso de producción puede ser contraproducente. Además, el hidrógeno es un gas altamente inflamable, por lo que es imprescindible adoptar amplias medidas de seguridad para evitar fugas y explosiones.

¿Qué es la Catapulta Verde del Hidrógeno (GHC) y qué pretende conseguir?

Los miembros de la Catapulta del Hidrógeno Verde (GHC) son una coalición de líderes con la ambición de ampliar y hacer crecer el desarrollo del hidrógeno verde. A partir de noviembre de 2021, han anunciado el compromiso de desarrollar 45 GW de electrolizadores con financiación garantizada para 2026, con una puesta en marcha adicional prevista para 2027. Se trata de una ambición mucho mayor, ya que el objetivo inicial fijado por la coalición en el momento de su lanzamiento en diciembre de 2020 era de 25 GW. El hidrógeno verde se ha considerado un elemento fundamental para crear un futuro energético sostenible, además de ser una de las mayores oportunidades de negocio de los últimos tiempos. Y se ha dicho que es la clave para permitir la descarbonización de sectores como la fabricación de acero, el transporte marítimo y la aviación.

¿Por qué el hidrógeno se considera un futuro más limpio?

Vivimos en un mundo en el que uno de los objetivos colectivos de sostenibilidad es descarbonizar el combustible que utilizamos para 2050. Para conseguirlo, descarbonizar la producción de una fuente de combustible importante como el hidrógeno, dando lugar al hidrógeno verde, es una de las estrategias clave, ya que la producción de hidrógeno no verde es actualmente responsable de más del 2 % del total de las emisiones mundiales de CO2. Durante la combustión, se rompen los enlaces químicos y los elementos constitutivos se combinan con el oxígeno. Tradicionalmente, el gas metano ha sido el gas natural elegido, ya que el 85% de los hogares y el 40% de la electricidad del Reino Unido dependen del gas natural. El metano es un combustible más limpio que el carbón, pero cuando se quema se produce dióxido de carbono como producto de desecho que, al entrar en la atmósfera, empieza a contribuir al cambio climático. El gas hidrógeno, cuando se quema, sólo produce vapor de agua como producto de desecho, que no tiene potencial de calentamiento global.

El Gobierno del Reino Unido ha considerado que el uso del hidrógeno como combustible y, por tanto, de los hogares de hidrógeno, es una forma de avanzar hacia un modo de vida más ecológico, y ha establecido el objetivo de una economía del hidrógeno próspera para 2030. Por su parte, Japón, Corea del Sur y China están a punto de avanzar considerablemente en el desarrollo de la economía del hidrógeno, con objetivos que superarán a los del Reino Unido en 2030. Del mismo modo, la Comisión Europea ha presentado una estrategia sobre el hidrógeno en la que éste podría sustentar el 24% de la energía europea en 2050.

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