Los peligros de la exposición al gas en las bodegas

Las bodegas se enfrentan a un conjunto único de retos cuando se trata de proteger a los trabajadores de los posibles daños causados por los gases peligrosos. La exposición a los gases puede producirse en todas las fases del proceso de producción del vino, desde el momento en que la uva llega a las instalaciones de la bodega hasta las actividades de fermentación y embotellado. Hay que tener cuidado en cada etapa para garantizar que los trabajadores no se expongan a un riesgo innecesario. Existen varios entornos específicos dentro de las instalaciones de la bodega que suponen un riesgo de fuga y exposición a gases, como las salas de fermentación, los pozos, las bodegas de barricas, los sumideros, los depósitos de almacenamiento y las salas de embotellado. Los principales riesgos de gas que se encuentran durante el proceso de elaboración del vino son el dióxido de carbono y el desplazamiento de oxígeno, pero también el sulfuro de hidrógeno, el dióxido de azufre, el alcohol etílico y el monóxido de carbono.

¿Cuáles son los riesgos del gas?

Sulfuro de hidrógeno (H2S)

El sulfuro de hidrógeno es un gas que puede estar presente durante el proceso de fermentación. Su presencia es más frecuente en condiciones de humedad donde la acción bacteriana ha actuado sobre los aceites naturales. Se esconde disuelto en el agua estancada hasta que se le molesta. El caso más peligroso es cuando se limpia un espacio confinado, por ejemplo, un tanque, donde los gases liberados no pueden escapar fácilmente. Una comprobación previa a la entrada resulta limpia, y el agua estancada se perturba al entrar. Los riesgos asociados al H2S son que es potencialmente peligroso para la salud, alterando los patrones de respiración. El sulfuro de hidrógeno plantea graves riesgos respiratorios, incluso a una concentración relativamente baja en el aire. El gas se absorbe muy fácil y rápidamente en el torrente sanguíneo a través del tejido pulmonar, lo que significa que se distribuye por todo el cuerpo muy rápidamente.

Dióxido de azufre (SO2)

El dióxido de azufre es un subproducto natural de la fermentación, pero también se utiliza habitualmente como aditivo en el proceso de elaboración del vino ecológico. Durante el proceso de elaboración del vino se añade SO2 adicional para evitar el crecimiento de levaduras y microbios indeseables en el vino. El dióxido de azufre puede ser muy peligroso para la salud y es un gas muy tóxico que provoca numerosas irritaciones en el cuerpo al entrar en contacto con él. El dióxido de azufre es un gas que puede causar irritación en las vías respiratorias, la nariz y la garganta. Los trabajadores expuestos a altos niveles de dióxido de azufre pueden experimentar vómitos, náuseas, calambres estomacales e irritación o daños corrosivos en los pulmones y las vías respiratorias.

Etanol (alcohol etílico)

El etanol es el principal producto alcohólico de la fermentación del vino ecológico. Ayuda a mantener el sabor del vino y estabiliza el proceso de envejecimiento. El etanol se crea durante la fermentación cuando la levadura convierte el azúcar de la uva. El vino suele contener entre un 7% y un 15% de etanol, lo que da a la bebida su porcentaje de alcohol por volumen (ABV). La cantidad de etanol que se produce depende del contenido de azúcar de las uvas, la temperatura de fermentación y el tipo de levadura que se utilice. El etanol es un líquido incoloro e inodoro que desprende vapores inflamables y potencialmente peligrosos. Los vapores que desprende el etanol o el alcohol etílico pueden irritar las vías respiratorias y los pulmones si se inhalan, con la posibilidad de provocar tos intensa y asfixia.

¿Dónde están los peligros?

Tanques de fermentación abiertos

Cualquier trabajador cuyo trabajo implique realizar operaciones sobre un recipiente o tanque de fermentación abierto puede correr un alto riesgo de exposición a gases, especialmente alCO2, o al agotamiento del oxígeno. Se ha demostrado que un trabajador que se inclina sobre la parte superior de un fermentador abierto en plena producción, aunque esté a 3 metros del suelo, puede estar potencialmente expuesto al 100% deCO2. Por lo tanto, se debe tener especial cuidado y atención a la detección de gases en estas áreas.

Exposición por ventilación inadecuada

El proceso de fermentación debe tener lugar en entornos bien ventilados para evitar la acumulación de gases tóxicos y asfixiantes. Las salas de fermentación, las salas de tanques y las bodegas son lugares que pueden suponer un riesgo. Durante el tiempo frío o la noche, pueden acumularse mayores niveles de gas, ya que las rejillas de ventilación de puertas y ventanas pueden estar cerradas.

Espacios confinados

Los espacios confinados, como las fosas y los sumideros, suelen ser problemáticos y bien conocidos por la posible acumulación de gases peligrosos. La definición de espacio confinado en una bodega es aquella que contiene, o puede contener, una atmósfera peligrosa, tiene el potencial de ser engullida por material, o una persona que entra en el entorno puede quedar atrapada o asfixiada.

Unidades Múltiples

A medida que una bodega crece y amplía sus operaciones, puede querer añadir nuevas unidades de producción para satisfacer la demanda. Sin embargo, es importante recordar que los riesgos potenciales de exposición al gas difieren entre los distintos entornos, por ejemplo, el riesgo de gas en una bodega de fermentación no es el mismo que en una sala de barricas. Por lo tanto, es posible que se necesiten distintos tipos de detectores de gas en diferentes áreas.

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