Breve historia de la detección de gases 

La evolución de la detección de gases ha cambiado considerablemente a lo largo de los años. Las nuevas e innovadoras ideas, desde los canarios hasta los equipos de monitorización portátiles, proporcionan a los trabajadores una monitorización continua y precisa de los gases.

La Revolución Industrial fue el catalizador del desarrollo en la detección de gases debido a la utilización de un combustible muy prometedor, como el carbón. Como el carbón puede extraerse de la tierra mediante la minería o la explotación subterránea, herramientas como los cascos y las luces de llama eran su única protección contra los peligros de la exposición al metano bajo tierra que aún estaban por descubrir. El gas metano es incoloro e inodoro, por lo que es difícil conocer su presencia hasta que se descubrió un patrón notable de problemas de salud. Los riesgos de la exposición al gas dieron lugar a la experimentación de métodos de detección para preservar la seguridad de los trabajadores durante años.

La necesidad de la detección de gases

Una vez que la exposición al gas se hizo evidente, los mineros comprendieron que debían saber si la mina tenía alguna bolsa de gas metano en el lugar donde trabajaban. A principios del siglo XIX, se registró el primer detector de gas y muchos mineros llevaban luces de llama en sus cascos para poder ver mientras trabajaban, por lo que poder detectar el metano, extremadamente inflamable, era primordial. El trabajador llevaba una manta gruesa y húmeda sobre su cuerpo mientras portaba una larga mecha con el extremo encendido. Al entrar en las minas, el individuo movía la llama alrededor y a lo largo de las paredes en busca de bolsas de gas. Si se encontraban, se producía una reacción y se comunicaba a la tripulación mientras la persona que detectaba estaba protegida por la manta. Con el tiempo, se desarrollaron métodos más avanzados de detección de gas.

La introducción de los canarios

La detección de gases se trasladó de los humanos a los canarios debido a sus fuertes pitidos y a sus sistemas nerviosos similares para controlar los patrones de respiración. Los canarios se colocaban en determinadas zonas de la mina, desde donde los trabajadores controlaban a los canarios para cuidarlos y ver si su salud se había visto afectada. Durante los turnos de trabajo, los mineros escuchaban el piar de los canarios. Si un canario empezaba a agitar su jaula, eso era un fuerte indicador de una exposición a una bolsa de gas que había empezado a afectar a su salud. Los mineros evacuaban entonces la mina y señalaban que no era seguro entrar en ella. En algunas ocasiones, si el canario dejaba de piar del todo, los mineros sabían que debían salir más rápido antes de que la exposición al gas tuviera la oportunidad de afectar a su salud.

La luz de la llama

La luz de llama fue la siguiente evolución para la detección de gases en la mina, como resultado de la preocupación por la seguridad de los animales. Al mismo tiempo que proporcionaba luz a los mineros, la llama se alojaba en un caparazón que absorbía el calor y capturaba la llama para evitar que encendiera el metano que pudiera haber. El caparazón exterior contenía una pieza de vidrio con tres incisiones en sentido horizontal. La línea central se fijaba como el entorno de gas ideal, mientras que la línea inferior indicaba un entorno con falta de oxígeno, y la línea superior indicaba la exposición al metano o un entorno enriquecido con oxígeno. Los mineros encendían la llama en un entorno con aire fresco. Si la llama bajaba o empezaba a morir, indicaba que la atmósfera tenía una baja concentración de oxígeno. Si la llama aumentaba de tamaño, los mineros sabían que había metano con oxígeno, indicando en ambos casos que debían abandonar la mina.

El sensor catalítico

Aunque la luz de llama fue un avance en la tecnología de detección de gases, no era una solución única para todas las industrias. Por ello, el sensor catalítico fue el primer detector de gases que se asemeja a la tecnología moderna. Los sensores funcionan según el principio de que cuando un gas se oxida, produce calor. El sensor catalítico funciona mediante el cambio de temperatura, que es proporcional a la concentración de gas. Aunque esto supuso un paso adelante en el desarrollo de la tecnología necesaria para la detección de gases, al principio todavía requería una operación manual para recibir una lectura.

Tecnología moderna

La tecnología de detección de gases se ha desarrollado enormemente desde principios del siglo XIX, cuando se registró el primer detector de gases. En la actualidad hay más de cinco tipos diferentes de sensores que se utilizan habitualmente en todas las industrias, entre ellos Electroquímico, Perlas catalíticas (Pellistor), Detector de fotoionización (PID) y Tecnología de infrarrojos (IR), junto con los sensores más modernos Espectrómetro de Propiedades Moleculares™ (MPS) y Oxígeno de larga duración (LLO2), los detectores de gas modernos son altamente sensibles, precisos y, lo que es más importante, fiables, todo lo cual permite que todo el personal se mantenga seguro reduciendo el número de muertes en el lugar de trabajo.