El helio, un gas inodoro e incoloro, es una sustancia que se utiliza para diversas aplicaciones: desde globos meteorológicos y gases de soldadura hasta gas portador en operaciones industriales. El helio tiende a alejarse de la zona de trabajo debido a su baja densidad. Como líquido, el helio puede utilizarse como agente refrigerante en sistemas cerrados. El helio, como gas para globos, se almacena en cilindros de alta presión, por lo que hay que tener en cuenta su almacenamiento seguro y la forma de manipularlo, para evitar accidentes y daños personales.
Cuando el helio entra en contacto con la piel, las personas deben volver a sumergir la zona del cuerpo en cuestión con agua caliente y buscar atención médica.
Cuando se inhala helio, a sabiendas o no, se desplaza el aire.
Puede causar mareos, náuseas, aturdimiento y/o una pérdida temporal de la conciencia.