La necesidad
La historia de la fabricación de cerveza es larga y honorable: se cree que, mucho antes de que los ciudadanos medievales de Londres hicieran cerveza en sus cocinas, ya la disfrutaban los griegos y los romanos. En el año 1400, las comunidades religiosas del Reino Unido estaban en el centro de la elaboración de cerveza comercial, y sólo la catedral de San Pablo producía 70.000 galones de cerveza al año. En la actualidad, la fabricación de cerveza es un asunto mucho más secular, pero aunque el equipo utilizado y los volúmenes producidos pueden ser diferentes, muchos de los procesos fundamentales permanecen inalterados. Al igual que muchos de los retos. La producción y liberación de dióxido de carbono (CO2) supone un riesgo en varios puntos del proceso de elaboración de la cerveza; por ejemplo, durante la fermentación de la levadura, el punto en el que se crea el alcohol. Hoy en día, la fermentación se lleva a cabo mediante bacterias en un tanque cerrado, y las actividades de esas bacterias crean el alcohol, liberando CO2 al hacerlo.
Control del CO2 en todas las zonas de elaboración de cerveza
Crowcon ya gestionaba la flota de monitores portátiles de CO2 de la planta cuando surgió una nueva necesidad. La fábrica de cerveza acababa de someterse a una importante actualización, que incluía un nuevo sistema de ventilación para garantizar que todos los gases peligrosos (incluido el CO2) se purgaran eficazmente. Es fundamental eliminar los peligros de los gases en las fábricas de cerveza, sobre todo porque a menudo el personal de las fábricas de cerveza tiene que trabajar en espacios reducidos, lo que aumenta el riesgo de gases tóxicos, como demuestra un incidente mortal ocurrido en 2013 en México, en el que murieron siete trabajadores de una fábrica de cerveza.
Incluso cuando las fugas de CO2 no provocan la muerte de personas, pueden causar grandes trastornos y responsabilidades, como en el caso de la fuga de CO2 de Greene King en 2015. En este caso, la inspección de la fábrica de cerveza mejorada del cliente reveló que necesitaba un sistema de detección de gases, pero esto no era sencillo debido al tamaño y el tipo de sitio involucrado. Sin embargo, había que superar el reto, ya que la medición y la manipulación del CO2 son fundamentales para los procesos de seguridad de la empresa.
El dióxido de carbono puede ser extremadamente peligroso o incluso mortal, especialmente en las grandes cantidades que utiliza y genera la fabricación de cerveza. El cliente recurrió a nuestro equipo de sistemas fijos de ingeniería (EFS), que diseñó e instaló un sistema fijo de supervisión de CO2 hecho a medida con un controlador direccionable GM que supervisa constantemente las zonas de alto riesgo del emplazamiento actualizado. El controlador GM cuenta con una pantalla LCD y una función de alimentación en línea en directo que permite a una persona autorizada leer y/o actuar sobre el sistema desde
cualquier lugar. Así, el sistema fijo complementa la flota existente de portátiles Gasman del cliente para proporcionar una supervisión del CO2 en toda la fábrica. Como explica Jackie Marsh, ingeniero de especificaciones técnicas del equipo de EFS 'Tuvimos que tener en cuenta la gran escala de producción y la naturaleza histórica del sitio, así como el riesgo de fugas de CO2 en múltiples áreas. Al instalar una solución fija a medida y utilizarla junto con los detectores portátiles Gasman existentes, nos aseguramos de que todas las áreas utilizadas para la producción de cerveza puedan ser supervisadas de forma continua y/o periódica, según las necesidades".
En pocas palabras
El cliente puede ahora elaborar toda la cerveza que necesita, con la seguridad de que el personal será claramente alertado a tiempo, en caso de que se produzca alguna fuga o acumulación de CO2. Y eso tiene que ser una buena noticia tanto para el personal de la fábrica como para los bebedores de cerveza.
Suscríbase a nuestro blog
