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20 de febrero de 2015
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¿Los implantes de silicona degradan su detección de gases?

En términos de detección de gases, los pellistores han sido la tecnología principal para detectar gases inflamables desde los años 60. En la mayoría de las circunstancias, con un mantenimiento correcto, los pellistores son un medio fiable y rentable de controlar los niveles combustibles de gases inflamables. Sin embargo, hay circunstancias en las que esta tecnología puede no ser la mejor opción, y en su lugar debe considerarse la tecnología de infrarrojos (IR).

En determinadas circunstancias, la tecnología IR puede presentar una serie de ventajas frente a los pellistores.

  • La tecnología IR permite realizar pruebas a prueba de fallos. El modo de funcionamiento significa que si el haz infrarrojo fallara, esto se registraría como un fallo. Por el contrario, en el funcionamiento normal con pellistor, la ausencia de salida suele indicar que no hay gas, pero también podría ser el resultado de un fallo.
  • Los pelistores son susceptibles de envenenamiento o inhibición; una preocupación especial en entornos en los que se utilizan compuestos que contienen silicio, plomo, azufre y fosfatos, incluso a niveles bajos. Los instrumentos IR no interactúan por sí mismos con el gas. Sólo el haz IR interactúa con las moléculas de gas, por lo que la tecnología IR es inmune al envenenamiento o la inhibición.
  • En altas concentraciones de gas inflamable, los sensores de pellistor pueden quemarse. Al igual que ocurre con la intoxicación o la inhibición, esto sólo se detectaría mediante pruebas. Una vez más, los sensores IR no se ven afectados en estas condiciones.
  • Los niveles bajos de oxígeno hacen que los sensores de pellistor no funcionen. Este puede ser el caso en tanques recién purgados, pero también en espacios confinados en general, donde los pellistores pueden resultar ineficaces. La tecnología IR es eficaz en zonas donde el oxígeno puede ser reducido o inexistente.

En una empresa se produjo un incidente de envenenamiento por pellistor al sustituir el cristal de una ventana de la sala en la que almacenaban los equipos de detección de gases. Se utilizó un sellador a base de silicona de tipo estándar y, como resultado, todos sus sensores de pellistor no superaron las pruebas posteriores. Afortunadamente, esta empresa comprobaba rutinariamente todos sus sensores, de lo contrario este incidente sería bien conocido y tristemente célebre. El problema se detectó y nadie sufrió ningún daño.

Está claro que, si se confía en los detectores de pellistor en entornos en los que pueden encontrarse venenos o inhibidores, la única forma de garantizar que no se degrada el rendimiento es realizar pruebas periódicas y frecuentes, a menos que se opte por una tecnología diferente.

Sin embargo, tampoco se puede dar por sentado que la tecnología IR sea siempre la mejor opción. Hay circunstancias en las que se prefieren los pellistores a la tecnología IR.

  • Como el hidrógeno no absorbe la luz infrarroja, la detección IR no lo detecta. El hidrógeno es altamente inflamable, y los pellistores son una mejor opción si esto supone un peligro potencial en el entorno de trabajo local. Existen otras tecnologías para medir específicamente el hidrógeno, como los sensores electroquímicos.
  • La tecnología IR se ve muy afectada por los cambios brutos de presión, por lo que suele evitarse su uso en procesos susceptibles de sufrir grandes fluctuaciones de presión y se considera la detección basada en pellistores, suponiendo que no haya riesgo de intoxicación, etc.
  • La tecnología de pellistores es considerablemente menos costosa que la tecnología IR. Muchos entornos de trabajo presentan poco o ningún riesgo de envenenamiento por pellistor, etc. En estos casos, una estrategia de gestión razonable puede ser la comprobación diaria rutinaria y la sustitución del sensor cuando sea necesario. Sin embargo, para comparar los costes correctamente, es necesario incluir en el cálculo las pruebas y el mantenimiento continuos.

A la hora de evaluar qué tecnología de sensores utilizar en su monitorización de gases. Hay muchos factores a tener en cuenta. Entre los riesgos que hay que evaluar se incluyen (aunque no exclusivamente) el envenenamiento, la inhibición o el agotamiento de los pellistores; los entornos con poco oxígeno; la necesidad de detectar hidrógeno; y los costes de propiedad durante toda la vida útil. Los emplazamientos pueden tener diversos entornos que requieran diferentes tecnologías de sensores, o una combinación de pellistor y sensor IR en un dispositivo.

Si quiere saber más, esté atento a un Libro Blanco de Crowcon, que se publicará próximamente, en el que se revisa este tema con más detalle.

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