Tu sensor es más sensible de lo que crees

 

Todos sabemos que los sensores de pellistor son una de las principales tecnologías para la detección de hidrocarburos. En la mayoría de las circunstancias, son un medio fiable y rentable de controlar los niveles de gases combustibles inflamables.

Como ocurre con cualquier tecnología, hay algunas circunstancias en las que no se debe confiar en los pellistores y hay que considerar otros sensores, como la tecnología de infrarrojos (IR).

Problemas con los pellistores

Los pellistores suelen ser muy fiables en la detección de gases inflamables. Sin embargo, todo tipo de tecnología tiene sus límites, y hay algunas ocasiones en las que los pellistores no deberían suponer lo más adecuado.

Quizás el mayor inconveniente de los pellistores es que son susceptibles de envenenarse (pérdida irreversible de sensibilidad) o inhibirse (pérdida reversible de sensibilidad) por muchas sustancias químicas que se encuentran en las industrias relacionadas.

¿Qué ocurre cuando un pellistor se envenena?

Básicamente, un pellistor envenenado no produce ninguna salida cuando se expone a un gas inflamable. Esto significa que un detector no entraría en alarma, dando la impresión de que el entorno es seguro.

Los compuestos que contienen silicio, plomo, azufre y fosfatos en tan sólo unas pocas partes por millón (ppm) pueden perjudicar el rendimiento del pellistor. Así que, tanto si se trata de algo del entorno de trabajo en general como de algo tan inocuo como el equipo de limpieza o la crema de manos, podría estar comprometiendo la eficacia de su sensor sin siquiera darse cuenta.

¿Qué tienen de malo los silicones?

Los silicones tienen sus virtudes, pero pueden ser más frecuentes de lo que se piensa; incluyendo selladores, adhesivos, lubricantes y aislantes térmicos y eléctricos. Pueden envenenar los sensores pellistores a niveles extremadamente bajos. Por ejemplo, hubo un incidente en el que una empresa sustituyó el cristal de una ventana en una sala en la que almacenaban su equipo de detección de gases. En el proceso se utilizó un sellador estándar a base de silicona y, como resultado, todos sus sensores pellistores no superaron las pruebas posteriores. Afortunadamente, esta empresa probaba sus equipos con regularidad; la historia habría sido muy diferente y más trágica si no lo hubieran hecho.

Situaciones como ésta demuestran hábilmente la importancia de las pruebas de choque (ya hemos escrito sobre ellas anteriormente - échale un vistazo), que ponen de manifiesto los sensores envenenados o inhibidos.

¿Qué puedo hacer para no envenenar mi sensor?

Esté atento, en esencia: pruebe su equipo con regularidad y asegúrese de que sus detectores son adecuados para el entorno en el que trabaja.

Descubramás sobre la tecnología de infrarrojos en nuestro blog anterior.

  

Sensores de pelistor: todo lo que necesita saber

Ya hemos escrito antes sobre los sensores de pellistor, pero la información sigue siendo vital y útil. Aquí está todo lo que necesitas saber...

Los sensores pellistores (o sensores de perlas catalíticas) han sido la tecnología principal para la detección de gases inflamables desde los años 60. A pesar de haber tratado una serie de temas relacionados con la detección de gases inflamables y COV, aún no hemos analizado el funcionamiento de los pellistores. Para compensar esta carencia, incluimos un vídeo explicativo, que esperamos que descargue y utilice como parte de la formación que imparta:

Un pellistor se basa en un circuito de puente de Wheatstone, e incluye dos "cuentas", ambas con bobinas de platino. Una de las perlas (la perla "activa") se trata con un catalizador, que reduce la temperatura a la que se inflama el gas que la rodea. Esta perla se calienta por la combustión, lo que provoca una diferencia de temperatura entre esta perla activa y la otra "de referencia". Esto provoca una diferencia de resistencia, que se mide; la cantidad de gas presente es directamente proporcional a ella, por lo que se puede determinar con precisión la concentración de gas como porcentaje de su límite inferior de explosividad (%LEL*).

El cordón caliente y los circuitos eléctricos están contenidos en la carcasa del sensor antideflagrante, detrás del supresor de llama de metal sinterizado (o sinterizado) a través del cual pasa el gas. Confinado dentro de esta carcasa del sensor, que mantiene una temperatura interna de 500°C, puede producirse una combustión controlada, aislada del entorno exterior. En altas concentraciones de gas, el proceso de combustión puede ser incompleto, dando lugar a una capa de hollín en la perla activa. Esto perjudicará parcial o totalmente el rendimiento. Hay que tener cuidado en los entornos en los que se pueden encontrar niveles de gas superiores al 70% de LEL.

Para obtener más información sobre la tecnología de sensores para gases inflamables, lea nuestro artículo comparativo sobre pellistores y tecnología de sensores infrarrojos: ¿Están los implantes de silicona degradando su detección de gases?

*Límite inferior de explosividad - Más información

Haga clic en la esquina superior derecha del vídeo para acceder a un archivo descargable.