La clave para reducir el riesgo: ¡pasar menos tiempo expuesto a los peligros! Los avances tecnológicos, impulsados por la creciente concienciación en materia de seguridad, están ofreciendo oportunidades para reducir el mantenimiento de los detectores y, por tanto, también para reducir el tiempo que los operarios deben dedicar a manipular los detectores y transmisores en zonas peligrosas.

Andy, director de productos de Crowcon, ha repasado las ventajas que aportan estos avances.

La detección de gases ha evolucionado significativamente desde sus primeros días de comprobación de los niveles de gas en entornos peligrosos con un canario enjaulado. Las muertes se han reducido drásticamente desde entonces con la introducción de métodos de protección más "sofisticados". Sin embargo, sigue habiendo un elemento de riesgo en el mantenimiento, pero la tecnología de detección de gases está evolucionando para reducir esta necesidad y, por tanto, la exposición del operario.

Mantenimiento de los detectores de gas
Los detectores fijos convencionales requieren una calibración rutinaria para garantizar un uso fiable a largo plazo. Una nueva generación de detectores de gas "inteligentes" ofrece funciones de "prueba funcional" como alternativa a la calibración completa. En los lugares de mayor riesgo, podría realizarse una calibración completa cada seis meses, con una simple prueba funcional entre medias. Una prueba de impacto produce un "pasa/no pasa" definitivo que no sólo permite al ingeniero abandonar la zona rápidamente, sino que también produce un registro auditable de que la prueba se llevó a cabo y el sensor era totalmente operativo. Los detectores con calibración no intrusiva eliminan la necesidad de retirar la tapa o cualquier otra parte del transmisor, lo que hace que este procedimiento sea mucho más rápido que en el pasado.

Sustitución de los sensores
Algunos tipos de sensores muy utilizados deben sustituirse de forma rutinaria cada 2 o 5 años; o con mayor frecuencia si están expuestos a temperaturas extremas, humedad, gases, etc. Esto suele implicar el desmontaje del transmisor o de la carcasa del sensor. Si se hace en una zona peligrosa, puede llevar mucho tiempo, sobre todo si hay que usar EPI (guantes, gafas, etc.). Los nuevos sensores "Hot-swap" permiten una sustitución más rápida, ya que los diseños más intuitivos permiten extraer el módulo del sensor sin ni siquiera tener que abrir la carcasa. En algunas unidades, esto también puede hacerse con una sola mano, un trabajo mucho más sencillo, especialmente si tiene que sujetarse a una escalera al mismo tiempo.

Acceso remoto a los datos
Los detectores de gas equipados con protocolos de comunicación Modbus o HART pueden comprobarse a distancia para conocer el estado de funcionamiento o el diagnóstico de fallos. Mientras que la señal analógica de 4-20 mA puede seguir utilizándose para realizar la función de seguridad (es decir, activar la sirena y las balizas, controlar las válvulas de gas, etc.), los trabajadores pueden comunicarse con los detectores a distancia para obtener información detallada sobre la "salud" actual del detector. Si se encuentra algún fallo o problema, se pueden planificar adecuadamente las acciones correctivas antes de enviar al ingeniero a la zona.

Localización de averías
Los detectores de gas inteligentes ofrecen ahora pantallas locales con una serie de mensajes de diagnóstico e información mejorada que reduce en gran medida el tiempo necesario para identificar los fallos in situ, en las raras ocasiones en que se producen. Todos los parámetros del sensor de gas y del transmisor se supervisan constantemente y, cuando se identifica un problema que puede afectar al funcionamiento o a la seguridad, el transmisor muestra un mensaje adecuado. Esto alerta al ingeniero del problema e incluso puede prescribir la solución, acelerando la resolución.

La mejor manera de mantener la seguridad de las personas es reduciendo los riesgos. Ahora que los detectores de gas pueden supervisarse a distancia y que el mantenimiento se planifica para reducir significativamente el tiempo que los ingenieros deben pasar en zonas potencialmente peligrosas, podemos reducir radicalmente los riesgos a los que se exponen los trabajadores.

Vea el artículo completo de Andy sobre este tema en la revista Hydrocarbon Engineering.