Los contaminantes nocivos que emiten los vehículos son variados. Los gases tóxicos específicos que son motivo de preocupación desde el punto de vista medioambiental, así como por su impacto en la salud humana, concretamente en los aparcamientos subterráneos y de varias plantas, son el CO y el NO2.
Los aparcamientos subterráneos y de varias plantas suelen carecer de ventilación natural, lo que significa que los niveles más altos de estos gases pueden concentrarse en una zona y, por lo tanto, pueden tener un impacto más perjudicial en las personas que se encuentran en estos entornos porque no se dispersan fácilmente.
La norma europea EN 50545-1 especifica los requisitos para los sensores de gas remotos (RGS) y las unidades de control (CU) que deben utilizarse en los aparcamientos por este motivo.
Los principales gases que se encuentran en los aparcamientos son el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de nitrógeno (NO2). Estos gases son especialmente preocupantes debido a sus características. El CO es peligroso porque es incoloro e inodoro, por lo que es difícil de reconocer sin el equipo de control adecuado. El CO es perjudicial incluso a niveles de exposición bajos, lo que lo convierte en un verdadero motivo de preocupación, incluso cuando sólo hay pequeñas concentraciones presentes en un espacio.
El dióxido de nitrógeno también es perjudicial a bajos niveles de exposición, y tanto el NO2 como el CO pueden causar una serie de efectos negativos para la salud. Cuando se ingiere, la intoxicación por monóxido de carbono puede provocar dolores de cabeza, mareos, náuseas, sensación de debilidad, desorientación y confusión, dolor torácico y muscular, además de dificultad para respirar. Estos síntomas pueden fluctuar y empeorar cuando se está en un espacio en el que está presente el gas tóxico, y pueden mejorar cuando se sale de él.
El dióxido de nitrógeno también tiene un efecto nocivo en los seres humanos cuando se respira, en el peor de los casos puede causar la muerte prematura. Otros síntomas son los efectos cardiopulmonares, la disminución del crecimiento de la función pulmonar, los problemas respiratorios y el aumento de las complicaciones de las respuestas alérgicas.
Con unos efectos tan graves cuando se ingiere, es increíblemente importante que se realice un control adecuado en los espacios con presencia de estos gases, incluidas las zonas de aparcamiento.
La ventilación es increíblemente importante, ya que es la clave para garantizar que los niveles de gas se mantengan en niveles aceptables, además de ser la forma de garantizar la prevención de la acumulación de humos tóxicos. Mediante el uso de detectores, la ventilación puede vincularse a los niveles de gas, lo que permite, por ejemplo, aumentar la ventilación cuando los gases (CO o/y NO2) alcanzan un determinado nivel, así como disminuirla cuando los gases están en niveles aceptables.
Este tipo de detección de gases y ventilación puede, a su vez, conducir a una mayor eficiencia energética para las operaciones de aparcamiento que los utilizan, lo que puede tener un efecto positivo en el resultado de la empresa.
La normativa de construcción del Reino Unido de 2010 orienta sobre la ventilación necesaria para los aparcamientos por debajo del nivel del suelo, los aparcamientos cerrados y los aparcamientos de varias plantas, y es un punto de partida práctico a la hora de elegir el tipo de sistema que se puede implantar en las plazas de aparcamiento.
Según la norma europea mencionada anteriormente (5045-1), los niveles de alarma de CO y los umbrales máximos deben fijarse en 30 ppm como Alarma 1, 60 ppm como Alarma 2 y 150 ppm como Alarma 3. La norma establece que los umbrales de NO2 se fijarán en 3 ppm como Alarma 1, 6 ppm como Alarma 2 y 15 ppm como Alarma 3.
En la normativa británica sobre construcción de 2010 se sugiere que la concentración media de CO se limite a un máximo de 30 partes por millón en un periodo de ocho horas. Con un pico de concentración, como por ejemplo en las rampas y salidas, a un máximo de 90 partes por millón en un periodo de 15 minutos.
La normativa internacional reconoce el peligro que suponen el NO2 y el CO en los aparcamientos, y la norma europea EN 5045-1 se refiere a los aparatos de detección y/o medición de monóxido de carbono (CO), monóxido de nitrógeno (NO) y dióxido de nitrógeno (NO2). Esta norma detalla los requisitos para el control de un sistema de ventilación dentro de espacios peligrosos, así como la necesidad de dar una indicación, alarma o cualquier otra señal para advertir de un peligro tóxico. El NO2 y el CO constituyen dos de los tres "gases objetivo" a los que se refiere esta norma europea.
La norma europea 5045-1 ordena el uso de sensores remotos de gas (RGS) en aparcamientos y túneles, además de indicar los requisitos de las unidades de control (CU) que deben utilizarse en los aparcamientos. También hace referencia a la vigilancia en otros espacios en los que estos gases puedan suponer un riesgo para la salud humana, como en las zonas de carga de camiones y las estaciones de autobuses subterráneas.
La normativa británica sobre construcción de 2010 también es importante en lo que respecta al control de los gases tóxicos en los aparcamientos, ya que establece orientaciones sobre la ventilación adecuada de los mismos. La normativa establece que los aparcamientos subterráneos, cerrados y de varias plantas deben tener una tasa de ventilación diseñada, y es necesario instalar el equipo adecuado, para limitar el monóxido de carbono a una concentración media de un máximo de 30 partes por millón en un periodo de ocho horas, y una concentración máxima, como en las rampas y salidas, de 90 partes por millón en un periodo de 15 minutos.
